Lo tengo que avisar… me veo en la más sincera obligación de advertir que me he puesto a escribir con un poquito de mala uva… fundada, eso sí! pero mala uva al fin y al cabo. No me puedo resistir a expresar lo que me pasa por la mente al escuchar y leer a tantos…
Primero como persona y segundo como gran admirador, no tengo más remedio que salir en defensa de una de esas plumas prodigiosas que nuestra tierra regala no muy a menudo, una pluma de las que entienden la libertad de expresión como un arma contra la mediocridad, partiendo de la sencillez y el sentido común. Una pluma, que mira desde lo más alto de la excelencia a tanta Belén Esteban, Clanes Janeiro y Cachulis a los que nos tienen acostumbrados.
No puedo referirme otra persona, que a Don Antonio García Barbeito, periodista, poeta, escritor y gracias a Dios pregonero de la Semana Santa de Sevilla el próximo día 21 de marzo.
Pero este mensaje no va dirigido a él, que ya ha tenido bastante. Este post va dedicado a todas las camarillas de “entendidos” que como sabios de la verdad única y absoluta (la suya), se permiten el lujo de decir, con todo el despotismo más ilustrado, el lugar donde debemos reunirnos con Dios… ay… si San Francisco de Asís levantara la cabeza… no fue en las basílicas ni en Casa Ovidio donde se encontraba con él, lo hacía entre la espesa naturaleza, dónde la mano del señor y no la del hombre, se hacía notar en su enésima potencia.
¿Quiénes son esos rancios trajeados, titulares de la tontería sevillana, para sentar cátedra sobre planteamientos que ni siquiera ellos respetan? Por mucho que me esfuerzo, no consigo verlos junto al ECCE HOMO, sosteniéndole la Cruz, ni limpiándole las heridas. No me podéis discutir que encajan bastante mejor infiltrados entre la masa que señaló con dedo acusador al mesías que no comulgaba con la filosofía del poder, llevándolo entre insultos y vejaciones hasta el monte del calvario…
Es cierto que pocos están lo suficientemente preparados para asumir una responsabilidad tan grande como la que se tiene con Sevilla el día de recitarle su pregón, pero parece que todavía se hace más complicado para algunos, aceptar la falta de protagonismo que da la tribuna de un teatro que en el momento que empieza a sonar por amargura se envuelve en la oscuridad y el silencio más absoluto.
Hasta qué punto hemos llegado… si anteponemos las formas a la mística y a la espiritualidad…
Después de tanta parrafada no puedo evitar que me vengan a la cabeza los versos de aquel compositor de coplas que cantaba:
“tesoros que no tienen,
reputaciones ni bienes,
ni sitio en los altares,
que los altares se adoran,
a la semana una hora
y otra hora en los bares”
Antonio, no los escuches… sigue en paz con Dios, igual que él lo está contigo. Ánimo y a por Sevilla!!
al final cuelgas la toga y cojes la pluma...
ResponderEliminarDices muchas verdades..la pena es que los "entedíos" de este mundillo no leerán esto que has escrito...y si lo hacen, no se verán identificados...Esto es Sevilla....
Este blog respira aroma a un tal Reverte, me encanta como conviertes la pluma en guillotina...
ResponderEliminarManuel: ole, ole, ole y ole. Porque Sevilla es mucho mas que castañuelas, "entendidos" como tu dices y canis. La Sevilla de verdad necesita gente como este pregonero.
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